La pesadilla de todo amante del vino cuando se trata de guardarlo: se sirve con impaciencia una vieja botella de una cosecha especial tras muchos años guardada en la bodega, y entonces el vino, que se anunciaba tan delicioso, sabe a puro vinagre, o incluso peor.
Antiguamente, el vino solía almacenarse en tubos hechos con piel de animal o en simples cubas. Hoy en día, gracias a la introducción de la botella de vidrio con cierre hermético, los vinos pueden conservarse de forma más higiénica y con un sabor más neutro.
Por razones de estilo, dejaremos la «bolsa en la caja» fuera de la ecuación. Se trata de una bolsa de plástico llena de vino que está rodeada por una caja de cartón. Y prefiero no hablar de vino de tetrapack o Prosecco de lata.

¿Espita, tapón de rosca, plástico o vidrio?
Tiene sentido almacenar las botellas de vino en horizontal. Debido al contacto directo con el vino, el corcho no se seca durante el almacenamiento y, por tanto, no se deforma. Sin embargo, debido a la escasez de corcho y a la consiguiente explosión de precios, hoy en día las botellas suelen cerrarse con tapones de plástico, cristal o rosca. Las botellas con este tipo de cierres o incluso con un tapón corona ofrecen más libertad de almacenamiento, ya que este tipo de cierres no se secan. Por tanto, estas botellas pueden almacenarse vertical u horizontalmente. Sin embargo, con un vino con sombrero de copa, apenas merece la pena dejar que el zumo madure un poco más.
Lo de la temperatura
En función de la temperatura, el corcho -independientemente de que sea natural o de plástico- se contrae o se dilata. Ninguno de los dos es ideal. Además, una temperatura demasiado alta puede hacer que el vino sufra una fermentación secundaria muy indeseable, que puede forzar la salida del corcho de la botella debido a la mayor presión. A grandes rasgos, la temperatura ambiente puede oscilar entre 5 y 15° grados, pero no debe experimentar grandes fluctuaciones de temperatura. Lo ideal sería mantener una temperatura constante de 10 °C a largo plazo. La bodega perfecta mantiene la humedad entre el 50 y el 75%; una humedad mayor puede hacer que se disuelvan las etiquetas de las botellas.
¡Cuidado con los olores!
Guardar el vino en el armario de las especias no es una buena idea, ya que no se puede evitar un pequeño intercambio de aire a través de los corchos de la botella de vino. Por este motivo, el vino con conos no debe almacenarse durante periodos prolongados en cocinas, garajes u otras estancias donde se generen olores fuertes.
Las botellas de vino tampoco deben almacenarse en el cartón en el que se entregaron durante un periodo prolongado, ya que el cartón, el adhesivo y los plastificantes que contiene pueden afectar al aroma del vino con el paso del tiempo. Si el vino se entrega en una caja de madera, ésta también debe abrirse. Esto permite una mejor circulación del aire, lo que evita que el zumo de uva tome el sabor de la caja de madera.

El vino ama la oscuridad
Demasiada luz también daña el vino, por lo que debe guardarse siempre en la oscuridad. Cuanta más luz tiene que soportar un vino, más se reduce su vida útil. Por esta razón, por cierto, el vino tinto se embotella muy raramente en vidrio de pedernal. El vidrio coloreado (normalmente verde o marrón) absorbe mucha más radiación UV, pero no puede evitar completamente los efectos nocivos.
Los pequeños detalles marcan la diferencia
Como ocurre a menudo en la vida, son los pequeños detalles los que marcan la diferencia cuando se trata de almacenar vino. Las vibraciones garantizan que se remuevan los sedimentos del vino, es decir, el sedimento fino que se forma en el fondo de la botella cuando se almacena durante mucho tiempo.
Si esto sólo ocurre una o quizá dos veces, no es tan grave. Lo principal es que el depósito tenga tiempo de asentarse de nuevo después. Sin embargo, si el vino se agita repetidamente, su maduración se ve afectada negativamente. Esto significa que una bodega que esté muy cerca de una carretera con mucho tráfico, de la estación principal de ferrocarril o de un club de música tecno es bastante inadecuada para almacenar vino. También es mejor evitar colocar botelleros cerca de calderas, bombas o lavadoras.

¿Madera o metal, pequeño o grande?
También hay que tener en cuenta algunas cosas a la hora de elegir botelleros. Especialmente a quienes tienen una bodega grande y quieren almacenar muchas botellas se les aconseja invertir en estanterías estables. En las tiendas de bricolaje se pueden encontrar modelos pequeños para unas 20 o 40 botellas por relativamente poco dinero. Sin embargo, cuanto más grandes y extensas sean las estanterías, antes deberá decir adiós por completo a las versiones baratas y a las baldas de madera.
Sin embargo, las estanterías de madera son sensibles a un cierto nivel de humedad, por lo que es mejor elegir una estantería de piedra u hormigón si la humedad es elevada. Sin embargo, los estantes de madera pueden utilizarse sin dudarlo si la humedad es inferior al 50%. Por supuesto, las estanterías de madera maciza o noble suelen ser más adecuadas que las de contrachapado o tablero de fibras, ya que son más estables y resistentes. Puede que las estanterías metálicas no sean las más bonitas, pero son prácticas y económicas.
Guardar en la nevera
Para los que no tienen bodega en casa y quieren guardar el vino en el piso: se recomienda una nevera para vinos. La gran mayoría de las neveras para vino deben colocarse en un espacio interior. Lo ideal es que esté a más de 15 °C, de lo contrario no funcionará eficazmente. Sin embargo, también existen armarios climatizados para vino que disponen de un sistema de invierno integrado. También pueden colocarse en un lugar más frío (hasta un máximo de 0 °C).

Cómo almacenar correctamente el vino
A la hora de conservar el vino, hay que tener en cuenta algunos puntos clave para preservar su calidad y sabor.
En primer lugar, el vino es extremadamente sensible a los olores, así que asegúrate de guardarlo lejos de sustancias con olores fuertes. En segundo lugar, el vino prefiere la oscuridad, ya que la luz directa, sobre todo la ultravioleta, puede acelerar su envejecimiento y tener un efecto negativo en su sabor. Por último, un clima fresco y húmedo es ideal para el almacenamiento del vino, ya que ayuda a mantener el corcho húmedo y garantizar así un sellado óptimo.
Siguiendo estas pautas, se asegurará de que su vino pueda madurar en condiciones óptimas, lo que en última instancia conduce a una mejor experiencia de sabor.
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